Tener dolor de espalda no es normal.

Lo peor es que las personas que lo padecen, llevan tanto tiempo con él, que hay ciertos momentos en que se han acostumbrado al dolor. No conocen lo que es vivir sin él. 

Como si todo el mundo tuviera dolor de espalda. Pero no.

Y si estás leyendo esto, entiendo que tú también notas tensión en la espalda que te sube por el cuello hasta la cabeza o te baja hasta las lumbares a calambrazos. Y aunque quieres trabajar, te cuesta concentrarte en lo que estás haciendo porque el dolor te sabotea. 

Ejercitarte, limpiar. Todo cuesta más.

Por eso, si no fortaleces la espalda, la configuración de tu cuerpo irá cambiando y soldándose, hasta que volver a ciertas posiciones te costará mucho.

Pero no. Se trata de volver a la posición natural, a la que todo humano debería llevar para el mejor funcionamiento de su cuerpo.

Si trabajas la espalda con baja intensidad, es como una rehabilitación. Movimientos suaves que hacen que el engranaje de tu espalda se mueva y alivie las contracturas hasta desaparecer. Los ejercicios son un automasaje que da placer, mientras fortalece los músculos de tu columna sin que sufras.

Una espalda fuerte va derecha sin esfuerzo, sin que te cueste cargar contigo mismo. Sin que parezca que llevas el dolor a cuestas.